martes, 11 de noviembre de 2008

¡No al plan de calidad!

Dos años de intentar la Junta de Andalucía meternos el plan de ¿calidad?, dos centros distintos, y dos NO unánimes. Nuestros queridos patrones se empeñan en culparnos a los docentes del fracaso del sistema educativo. Y en parte no les falta razón, porque parte de los docentes están tan asqueados de que se les ninguneé tanto por parte de los alumnos, como de las familias, como de la Administración, que ya les da todo igual. Pero no solo es culpa nuestra. Las razones hay que buscarlas en la raiz del sistema. La sociedad española ha cambiado mucho en los últimos veinte o treinta años, y el sistema educativo no ha sabido afrontar estos cambios e intenta aplicar apósitos impregnados de aloe-vera para calmar la picazón que produce.
Hace treinta años la madre siempre estaba en casa, nos levantaba para ir al cole, nos preparaba el desayuno y nos despedía con un beso. Al regresar a casa estaba en casa con la comida preparada, nos daba un poco de cuartelillo y nos ponía a hacer los deberes. Era la que iba siempre a las reuniones de la escuela, la que acudía a hablar con los maestros cuando era menester. El padre era diferente, era la figura judicial que el día que llevabas las notas las escudriñaba como un juez valora las pruebas antes de dictar sentencia, y vaya si las dictaba, menudos capirotes o castigos caían según el color de las calificaciones. Hoy la madre deja a los niños en el aula matinal, va a la carrera a su trabajo, los recoge en el mejor de los casos del comedor escolar, y tiene tanta tarea en casa, que con dificultad se puede ocupar de si el niño ha estudiado o no. El padre más de lo mismo, es más, no quiere saber en muchos casos si el niño va bien o no, solo que los maestros no tengan tantas vacaciones ni puentes, que me joden a mi el apaño.
Hemos creado una sociedad superprotectora de los hijos, donde todo gira en torno a ellos, pero como en el período de la Ilustración, todo para ellos pero sin ellos. Siempre los ponemos como excusa... compramos una casa grande por ellos, el coche grande para que viajen cómodos, un ordenador potente, por aquello de que para les dure, la ropa de la más cara (no siempre la mejor), clases de informática, inglés, conservatorio, deportes... pero siempre sin ellos. Nunca tenemos un rato para jugar con ellos, hablar de sus pokemon o de sus princesas, de las cosas que verdaderamente a ellos les ocupan y preocupan, y más aún si son adolescentes. No sabemos con quien van o vienen, ni conocemos a las familias de sus amigos, en el mejor de los casos sabemos si es del Barça o el Madrid, pero siempre nos preocupamos mucho por si se drogan, cuando muchos padres están a favor de la legalización de la marihuana, y ejercen activamente.
Y si el niño tiene un problema con alguien, hacemos lo que el descerebrado en Cataluña hace unos días, nos colamos en el instituto y le damos un martillazo en la cabeza al crío que se peleó con el nuestro.
Pasemos más "tiempo de calidad" con nuestros hijos, dialoguemos con ellos de sus cosas, no de las nuestras, colaboremos con el profesorado en la formación de nuestros retoños, controlemos los contenidos de lo que ven en televisión y en internet, fomentemos la socialización en entornos sanos y controlados, invitémosles a pensar y sacar sus propias conclusiones de cualquier situación que se nos presente en la vida cotidiana, hagámosles partícipes de la vida familiar, de lo bueno y de lo malo. En suma, vamos a formar ciudadanos serios, honestos y responsables, y no concursantes de Gran Hermano.
Y al final como siempre me he ido por los cerros de Úbeda, bella ciudad que por cierto me toca visitar este fin de semana.

lunes, 10 de noviembre de 2008

¡A LAS BARRICADAS! 2ª Parte

Cuando esta mañana he llegado al trabajo, me han asaltado varios alumnos alocados diciéndome que el jueves había huelga, y que ellos no pensaban ir a clase por que tal y cual... Al principió pensé que era por el tema de espacio común educativo que han perjiñado en la U.E. en los últimos años, pero no, era por algo mucho más doméstico, y que te hace ver como aún hoy siguen existiendo ciudadanos de primera, de segunda, de tercera, y hasta de regional preferente.
El tema es que en el pueblecito donde ahora me encuentro solo se puede estudiar la enseñanza obligatoria, esto es, hasta cuarto curso de la ESO. Los alumnos que quieren continuar sus estudios, en Bachillerato o FP, tienen que desplazarse a un localidad que dista 12 km. Al no ser una enseñanza obligatoria el transporte corre por cuenta de alumnado, por lo que para muchos alumnos se ha terminado de estudiar. Hablamos de zonas rurales, donde las rentas per cápita son ínfimas comparadas con las de poblaciones mayores, y donde el acceso a servicios primarios como la sanidad o la educación se acercan más a países del mal llamado Tercer Mundo que a un país que aspira en estos días a sentarse con los 20 más poderosos del mundo a negociar como nos van a terminar de arruinar.
Llevan razón, mucha razón al protestar por esta injusta situación, que les pone en inferioridad con respecto a sus compañeros de otras localidades. Luego nuestros queridos políticos llenan sus bocas con la cantinela de que el sistema educativo español está basado en criterios de igualdad de oportunidades... mentira, mentira y mentira. Si queréis que eso sea así deberéis hacer algo más que cacarear en los púlpitos en época de elecciones. Menos defender los derechos de aquellos que no quieren hacer nada y "un poquito de por favor" con los alumnos trabajadores, brillantes y que aspiran en esta vida a algo más que ver Gran Hermano.

viernes, 24 de octubre de 2008

Carretera y Manta

Hoy es viernes, o como decía el título de aquella película ¡Por fin es viernes!.
Cuando me levanto los viernes siento una mixtura de sentimientos difícil de explicar. Por un lado la alegría de que se termina la rutina semanal del trabajo y que por fin vas a ver a los tuyos. Por otro lado el sufrimiento del viaje de vuelta a casa, que cada semana se hace más pesado, y que cada año se hace más duro, porque cada año, aunque no me quiera dar cuenta soy más viejo.
Para todos los viernes se han convertido en una rutina más; llegas a casa y cuando te ven llegar piensan "ya está papi aquí", pero como algo que ven normal, sin demostrar ninguna emoción particular. Cierto es que aunque yo estoy deseando verlos también, el cansancio descomunal con el que llego no me permite exteriorizar esa emoción que siento cuando los veo.
Luego, ya todo está prefijado de antemano, o casi todo. Jugar un rato en la urbanización, la cena, el partido de los sábados, la compra, los deberes, la plancha, las visitas familiares... hasta las conversaciones te dejan a veces una sensación de "deja vu". Y por desgracia llega el lunes, llega la discusión con mi hija para que se vista de una vez y no se me haga tarde para salir de nuevo a la carretera, llega ese rato de somnolencia que mitigo bajando la ventanilla y fumando un cigarrito, uno más, uno menos, ese sandwich de jamón de york agrio deglutido a traición en cualquier parte del recorrido, esas llamadas a la llegada de rutina para confirmar que he llegado bien... ¿qué pasará el día que no llame?. Rezaremos a S. Cristobal para que me proteja (que ya lo hace bien desde hace tantos años) y a S. Junta de la Trócola para que no se avería más el coche, que no gano para sustos.
Pero bueno... que es viernes, que me voy para casa, para pasar de la rutina de la semana a la del fin de semana. En realidad la rutina es lo que nos gusta, porque si nos paramos a pensar, en el momento que algo nos separa de ella siempre nos invaden sentimientos de stress y ansiedad.

miércoles, 22 de octubre de 2008

¡A las barricadas!

Esta tarde chateaba con mi amiga Karen y me contaba su experiencia en la huelga de estudiantes de hoy contra la reforma de la Selectividad y contra los Planes de Bolonia para reformar los estudios universitarios. Esa charla me recordaba mis tiempos de anti-sistema cuando estudiaba COU y pedíamos más becas y menos armas, cuando luchábamos también en contra de la Selectividad... cuando éramos jóvenes.
Sin querer dar ninguna receta, que tampoco soy el indicado, sí que es cierto que el Sistema Educativo español es vergonzante. Un sistema en el que se premia la incapacidad, tanto del docente como del discente, donde es más importante adaptar los contenidos y el nivel de exigencia para el que no quiere hacer nada que potenciar la excelencia en aquellos alumnos que se esfuerzan por adquirir una formación. No se cuando llegará el día en que se manifiesten los padres de aquellos alumnos que no pueden formarse convenientemente por culpa de aquellos que utilizan la escuela como centro social y de entretenimiento, y sus padres la ven como aparcadero-guardería mientras cumplen los dieciseis años.
A todo esto nuestros queridos europarlamentarios aprueban una reforma universitaria que con toda seguridad va a devolver a la Universidad Española a los tiempos del ahora perseguido dictador; solo estudiarán aquellos a los que su familia pueda pagarles los estudios, o aquellos que se condenen a pagar un crédito por sus estudios durante la mitad de su vida, con lo cual ni pensar en una hipoteca más tarde. Es una genial idea eso del Título de Grado y luego los Masters (económicos por las narices), para completar la formación universitaria.
Las reformas verdaderas deberían venir desde abajo, y ser radicales. Para empezar condenar definitivamente al ostracismo a todos los psicopedagilipollas (término acuñado por el Sr. Pérez Reverte en un artículo) que han llevado a la educación española a niveles tercermundistas. La escuela es un lugar de formación, de adquisición de competencias, de conocimiento de la realidad, del mundo, de interacción social, de búsqueda de la excelencia, y nunca debe ser refugio de gamberros, vagos y funcionarios acomodados.
Luego está el tema de los políticos... cuanto más imbéciles seamos mejor nos controlan y manipulan, así que en el tema educativo, para ellos, cuanto peor pues mejor. ¿Ha corrido a gorrazos alguien al politicastro que en Junio negaba que hubiese crisis y en octubre afirma que nos enfrentamos a la mayor crisis de la historia de la economía?: Lo dicho, están convencidos de que somos idiotas integrales... y a lo mejor es verdad.
La enseñanza debe ser un tema prioritario del Estado, por encima de los colores políticos, es necesario un consenso nacional comparable con el que nos llevó en los años setenta a la democracia. La apuesta tendría que ser fuerte. empezando por la formación del profesorado, que es inexistente en la actualidad, tendría que pasar por la reducción de alumnos por profesor, por la apuesta por una formación profesional de calidad, por la concienciación social de la importancia de la formación de nuestros hijos, premiar la excelencia con becas que faciliten el acceso a aquellos que realmente lo merezcan a las mejores universidades y a los mejores medios, y dejarse de imbecilidades tales como las TIC's, los planes de bilingüismo, la multiculturalidad y demás.
Pufff, menudo rollo me he marcado hoy, y solo he pasado rozando superficialmente la realidad que cada día me rodea. Algún día me pondré a ello con más intensidad.
¡ÁNIMO A LOS ESTUDIANTES QUE LUCHÁIS POR MEJORAR VUESTRA FORMACIÓN!

lunes, 6 de octubre de 2008

Pues me equivoqué

Después de tanto tiempo comiéndome el tarro con las oposiciones, si iba a currar, si no iba a currar, si buscaba trabajo, si no... al final me dan trabajo, pero en Portugal. Un pueblecito pequeño, a pocos kilómetros de la frontera con el vecino ibérico, un paraje encantador... pero para ir de vacaciones unos días, no para vivir en él dos cursos.
El pueblo en cuestión en del medievo, con su castillo encima de un cerrisco y las casas a las faldas del mismo. Las calles son para filmar una de espadachines, los servicios con lo que cuenta de los años cincuenta. Eso sí, tanto el paisaje como el paisanaje encantadores. Solo que yo debo acostumbrarme a vivir a otro ritmo y cambiar mi reloj de urbanita por el canto del gallo mañanero (que desde que veraneé por última vez en la sierra hace veinticinco años no había vuelto a escuchar).
Aquí los críos juegan en la calle (imposible que en esas callejuelas entre coche alguno), las puertas de las casas están abiertas, la gente no corre, camina (cosa por otro lado normal dadas las impresionantes cuestas que adornan la villa) y el cielo está siempre despejado de polución, dejando que el aire puro limpie mis pulmones después de haber inhalado azufre durante cuatro años en Algeciras.
Lo malo, lo de siempre, lejos, lejos, muy lejos de la familia, pero no digo más porque siempre aburro con la misma cantinela.

viernes, 1 de agosto de 2008

Como me temía, al paro


Salvo cambio grande en septiembre, y como yo me temía, al no obtener plaza en las oposiciones, me quedo sin trabajo.

Todo el mundo me dice que hay que ser positivo, que hay que sacar de todo los aspectos positivos. En realidad no le encuentro nada positivo a quedarse parado; en mi caso solo que no volveré jamás en mi vida a Algeciras, lo cual bien mirado es muy positivo.

En lás próximas semanas seguramente me encontraré bien, porque en realidad ahora mismo estoy de vacaciones, pero se que cuando los que han sido hasta ahora mis compañeros comiencen el día 15 de septiembre el curso a mi me entrará una angustia enorme, la angustia de pensar que yo me merezco estar allí y no estoy. Aunque también he de pensar que los que van en mi puesto lo hacen porque se lo merecen mucho más que yo. En fin... no se, ahora solo me invaden sentimientos de rabia y frustración que espero se pasen en unos días y comience a diseñar un nuevo proyecto vital, tarea que en estos momentos se me antoja bastante complicada.

viernes, 25 de julio de 2008

¡Que pena!



Que pena de verdad de nuestros hijos. Esta mañana mi hija estaba viendo Doraemon y va y me pregunta por el significado del vocablo "descampado". Me he quedado de una pieza, porque yo con su edad estaba harto de jugar en muchos de ellos. Pero la pena no es que no sepan lo que significa, sino que nunca hayan visto ninguno. Hoy no quedan descampados en nuestros pueblos y ciudades. Nuestros hijos son totalmente urbanitas que no tienen contacto alguno con la cultura de calle que en nuestra juventud teníamos.





Los de mi quinta, y mucho más como cuenta mi padre en su época, nos criamos y crecimos en la calle; íbamos y volvíamos andando del cole, cuando salíamos del mismo sólo pensábamos en qué descampado tocaba jugar esa tarde. Montábamos en bici sin casco ni rodilleras, jugábamos al fútbol usando como balón cualquier cosa que rodase y como portería un par de piedras (menudas peleas si era alta, o si se había ido fuera), nos caíamos y nos hacíamos heridas y rompíamos huesos (las costras de las rodillas eran tan perpetuas como las nieves del Kilimanjaro), nos peleamos a pedradas si era necesario y ningún padre iba a partirle la cara al padre del otro, merendábamos Nocilla o pan y chocolate. En la época de la Vuelta Ciclista a España (ni sabíamos de la existencia del Tour) todos con las bicis a la calle, cuando la Euro o el Mundial todos a jugar al fútbol, si había baloncesto en la tele cualquier cosa se improvisaba como canasta, en Roland Garros todo el mundo con lo más parecido a una raqueta que tenía a la calle a golpear cualquier cosa por encima de una cuerda. Estaba la época de las chapas, la de trompa, la de las canicas, la de la lima... tantas cosas.



Hoy nuestros pueblos y ciudades han sido invadidos por coches, camiones, autobuses, motos, gruas de construcción, moles de hormigon, nichos en vida para solo dormir, porque pasamos el día fuera muy ocupados. Solo nos queda ir al centro comercial el fin de semana para que "disfruten" viendo tiendas, comiendo chucherias y hamburguesas, y viendo alguna película en alguno de los pocos cines que quedan.... ¡ohhhhhh!, el cine de verano puede ser un buen tema para otro momento.



Tenemos desde luego que plantearnos con muchísima seriedad qué planeta estamos dejando a nuestros hijos, qué modelo de sociedad y de valores van a heredar de nosotros, los niños del baby-boom.

sábado, 19 de julio de 2008

A 120 milésimas

Acabo de terminar de ver los entrenamientos de fórmula 1, y nuestro Fernando Alonso ha quedado a 120 milésimas de Trulli, justo la misma distancia que me ha separado a mi de obtener plaza en las oposiciones... Se siente uno realmente mal cuando ve lo cerca que ha estado esta vez de conseguirlo. Son 120 milésimas, solo una docena de centésimas la que me separa cuatrocientos kilómetros de mi familia probablemente de nuevo por dos años más. Para cuando se convoquen otra vez estas oposiciones mi hijo tendrá ya diez años, a lo mejor ya no querrá jugar a basket conmigo, ni darle caña a la consola,me habré perdido otros dos años de la carrera de bailarina de mi hija, me habré distanciado dos años más de mi mujer, y van...
Quizá lo mejor sería dejar este injusto sistema que nunca me ha valorado como creo que me merezco. Podría preguntar en los centros donde he trabajado, podrían preguntar a mis alumnos, podrían ver como lo hago en el aula, pero no, la forma de medir si valgo o no para la docencia es haciendo que memorice 71 temas que nada tienen que ver con la realidad del aula y un monólogo-programación para exponerla delante de un tribunal formado por individuos que estoy convencido de que saben mucho menos que yo de lo que les estoy hablando. Quizá sería mejor dejar este puñetero trabajo de una vez e intentarlo en el Mercadona o en el Alcampo de mi pueblo, mataría tres pájaros del mismo tiro:
1º - Estaría con mi familia todos los días del año.
2º - Adelgazaría seguro.
3º - Se me valoraría justamente, ya que mover cajas y bultos es mucho más objetiva su evaluación por los superiores que el sistema de acceso a la docencia, y además a lo mejor es para lo único que realmente valgo.
Pero bueno, como diría Scarlet "mañana lo pensaré"

miércoles, 9 de julio de 2008

Por fin se terminó

Por fin se terminaron las oposiciones. Esta mañana, tras pasar una noche sin pegar ojo, con el cuerpo lleno de tranquilizantes y un dolor de muelas impresionante (hasta las que ya no tengo), expuse mi programación didáctica y di por terminada mi participación en este calvario que para mi suponen las dichosas oposiciones.
Cuando llevaba diez minutos de exposición creí que me moría, no podía continuar hablando porque los nervios me habían dejado la boca más seca que una gamba en lo alto de un armario. Tuve que interrumpir la exposición para tomar un buchito de agua que e permitiese continuar con la misma. Pero lo peor fue cuando a punto de terminar la exposición, en el instante en que solo me quedaba hablar de la bibliografía de aula y departamento mi vientre había alcanzado tal grado de descomposición, que pensaba que me lo hacía en los pantalones. Ha sido concluir la exposición y salir disparado al inodoro. Hoy comprendí ese chiste que comparaba la velocidad de la luz con las ganas de defecar.
Lo que sí he sentido cuando todo se ha terminado es una paz inmensa en mi interior. Todo se ha terminado, aunque me temo que dentro de dos años volveré a verme en esta misma situación... o quizá no, quién sabe. El lunes saldremos de dudas para bien o para mal.

sábado, 5 de julio de 2008

Nunca tan pocos consiguieron tanto

En cierta ocasión escuché la frase del título referido al equipo de fútbol nacional de los compatriotas de mi querida Karen, Uruguay. Ese equipo ha sido campeón del mundo de fútbol en varias ocasiones siendo tan poquitos como son los uruguayos.
Y el caso es que en los últimos tiempos, sobre todo a partir de los Juegos Olímpicos del 92, los éxitos de los deportistas españoles en cualquier disciplina son abundantes... hasta el fútbol, como en esta Eurocopa.
En mi niñez solo me sonaban unos tales Bahamontes, Blume, Ocaña, un tio que se llamaba Timoner y corría en bici detrás de una moto (algo que jamás entendí) y que había sido no se cuantas veces campeón del mundo, Ángel Nieto, Manolo Santana y el Real Madrid que había sido un cerro de veces campeón de Europa, pero muchos años antes de nacer yo, todo en blanco y negro.
Hoy la cosa por suerte ha cambiado. Ya en mi adolescencia vibramos con las hazañas de Pedro Delgado, disfrutamos con los dos mundiales de Carlos Sainz, sufrimos con Arancha Sánchez en su final con Steffi Graff, apareció un tal Indurain que nos robó las siestas veraniegas durante unos cuantos años con sus victorias en Francia e Italia, Sergio Bruguera conquistó la arena de París, Jorge Martínez, Champi Herreros, Alex Crivillé, y los más actuales Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo retomaron la herencia del entrañable Nieto. Alonso irrumpe en la F1, rompiendo registros de audiencia las carreras incluso cuando no tiene opciones de victoria, ahora todos sabemos de F1. En balonmano campeones de Europa y del Mundo, en Baloncesto campeones del Mundo y subcampeones de Europa, y en breve a por la Olimpiada, en Waterpolo no hemos bajado de la élite en muchos años, en voley solo lo complicado del sistema de clasificación nos ha dejado fuera de la Olimpiada, pero somos ahora mismo campeones de Europa, los dos últimos Tours de Francia con sabor español, el que ha comenzado hoy ha vestido de amarillo a otro español, Valverde, y otras tantas disciplinas que al no aparecer en los medios no tienen tanta repercusión, pero cuando llegan los JJ.OO. nos damos cuenta que en la vela, en judo, en piragüismo, en tiro con arco, atletismo, triatlón... y últimamente con la srta. Rienda también esquiando tenemos campeones, o como poco gente con aspiraciones a serlo.
Recuerdo los tiempos en los que por ejemplo la crónica de una jornada del europeo o mundial de natación era: "... los españoles hoy bien, no se ha ahogado ninguno...". Hoy no solo no nos ahogamos, sino que ganamos medallas y metemos gente en las finales.
Cuando se acerca un fin de semana y miras la agenda deportiva son tantos los frentes en los que tenemos representantes que pueden estar cercanos al triunfo que parece mentira. Este fin de semana sin ir más lejos, el domingo a mediodía Fernando Alonso en Silverstone, a ver si llueve y tiene opciones de puntuar al menos, y por la tarde Nadal y Federer disputan la final de Wimbledon. Espero ver a un español en color ganar en esa hierba maldita y borrar el recuerdo de Santana saltando al vencer en blanco y negro.
Y tampoco somos tantos, unos cincuenta millones mal contados, de los cuales la mitad como poco practican el mismo deporte que yo: el sillón-ball, disciplina altamente peligrosa, sobre todo en esas horas plomizas de la sobremesa en verano, cuando corres el riesgo de tragarte el mando a distancia de la tele en una aspiración profunda tras una apnea del sueño.
Que no decaiga, y que de China nuestro deportistas se traigan muchos triunfos, sobre todo porque ello animará a más gente a practicar deporte, y de la cantidad seguro que aparece la calidad.

lunes, 23 de junio de 2008

Lo peor de perder ...


Todos los tópicos que queramos, todos los epítetos que queramos aplicar, pero el partido de anoche entre España e Italia se tardará mucho tiempo en olvidar, por la emoción del resultado, por lo largo que se nos hizo a casi todos (sobre todo a mi mujer), por la tensión en la tanda de penalties... pero lo mejor de todo ver la cara de gili puertas que se les quedó a los italianos cuando vieron que estaban eliminados.
Es la primera vez en muchísimos años que no es a nosotros a quienes se nos queda esa cara de imbécil, porque yo digo siempre lo mismo: lo peor no es perder, sino la cara de idiota que se te queda. Tengo en mi retina aún las imágenes de Toni Kukoc saltando de alegría ganando la Euro Liga al F.C. Barcelona, la de Pedro Delgado perdiendo un Tour por un suspiro, la de Platini cuando Arconada se tragó aquella fatídica falta, que además no fue, Luis Moya gritándole a Carlos Sainz "¡TRATA DE ARRANCARLO CARLOS!", ese Camacho de alerones sudados acordándose de la madre del linea que nos anuló un gol contra Corea, la cara de Eloy al fallar el penalty ante Bélgica en México, la de Raúl cuando hizo lo propio ante Francia en el último minuto de los cuartos de final hace pocos años, la de Joaquín, la de los aficionados del equipo de mi Linares cuando los veía regresar hace unas semanas después de haber perdido el ascenso por tercer año consecutivo, la cara ensangrentada de Luis Enrique... Pero sobre todo porque era Italia, porque estamos enfrentados deportivamente desde hace muchos años, porque sea el deporte que sea juegan a nada y lo ganan todo, porque ese espíritu marrullero, fullero, tramposo que siempre nos ha sacado de quicio anoche se les volvió en contra, y porque aunque no nos tengamos que hacer ilusiones de ningún tipo, hemos dado boleto de regreso a casa a los campeones de Europa y a los campeones del Mundo.
Cuando llevé a mi hijo anoche a la cama le dije: "Recuerda lo de esta noche, porque es histórico, pasarán por desgracia muchos años antes de que lo puedas volver a ver". Quizá alguna vez él le tenga que decir lo mismo a su hijo, aunque sería lo mejor que dejase de ser algo histórico para convertirse en habitual.
Y hoy hablaremos de ello, se llenarán páginas de prensa escrita y espacios televisivos y radiofónicos, hasta mi madre me ha comentado esta mañana la emoción que sintió durante el partido. Todo sea porque nos olvidemos de la crisis, del puñetero euribor, la subida de la luz, el calor que hace, y en mi caso de las malditas oposiciones.

Alea jacta est

Como dice el latinajo del título, la suerte está echada. Ya no hay vuelta atrás, lo hecho hecho está, para bien o para mal.

Después de una mala tarde de viernes con un calor sofocante y un acto de presentación plomizo unido a esa fiebre arrastrada desde hace días, y de un madrugón indecente para un domingo, se me ocurrió escribir casi catorce folios sobre un tema tan interesante como es el de los mecanismos. Nada en él es incorrecto, cumple perfectamente con el título del temario oficial y es claro, conciso, limpio e ilustrado convenientemente. Otra cosa es lo que opine el tribunal cuando en cualquiera de estas mañanas o tardes de bochorno veraniego les toque leerlo.

No albergo ninguna esperanza de aprobar, pero como diría un monarca en su discurso navideño me llena de orgullo y satisfacción haber podido defenderme convenientemente ante el decimonónico sistema de las oposiciones y no haber entregado en blanco el taco de folios asignado.

En unos días tocará defender la programación pero como diría Scarlet, mañana lo pensaré.

viernes, 13 de junio de 2008

A las cinco de la tarde...

Así decía el poeta en su elegía. Y esa es la hora marcada para mi San Martín particular.
Llega el momento tan [mode ironic on] ansiado [mode ironic off] de presentarme a esa prueba decimonónica que es la oposición. Un examen en el que tendré que demostrar que se hacer lo que llevo haciendo diariamente desde hace ya tanto tiempo. Una prueba cuyo resultado marcará mi vida, y por ende la de mi familia, en los próximos años. De ella depende que mi prole deje de pensar que el padre es ese señor que viene a casa los fines de semana.
A las cinco de la tarde... por mi cabeza pasarán mientras aguardo mi turno en un pasillo patibular una amalgama de pensamientos optimistas y pesimistas. El optimismo de pensar que es poco probable que la situación empeore (aunque siempre nos quedará París, perdón, Santiago de la Espada) y la pésima idea de que todo va a continuar como en los últimos años.
A las cinco de la tarde... soñaré que hay una pequeña probabilidad de ver a mis hijos crecer, que puedo ver a mi mujer sin esa faz desencajada y ojeriza provocada por el stress de criar los hijos sola.
A las cinco de la tarde... es probable que alguien del tribunal se apiade de un alma afligida por el dolor de verse de nuevo en la picota.
A las cinco de la tarde... veré a mi alrededor las mismas caras de cada dos años, aunque por suerte para algunos de ellos no los volveré a ver más: Alicia, Agustín, Lorenzo... que ya hicieron su paseillo y salieron por la puerta grande.
A las cinco de la tarde... saldrá el morlaco en forma de secretario de tribunal y pronunciará, mal como siempre, mi apellido.
A las cinco de la tarde... lo recibiré a puerta gayola con más posibilidades de que me empitone que de poder esquivar sus afinadas astas.
A las cinco de la tarde... dependerá de que el presidente del festejo quiera sacar su pañuelo blanco en forma de aprobado concediéndome el máximo trofeo taurino, porque si no, puede ser que el mio lo pierda para siempre a manos de una compañera harta de estar sola.
A las cinco de la tarde... lo único que es seguro es que... ¡me moriré de calor!

viernes, 23 de mayo de 2008

A vueltas con los tribunales de las oposiciones

Es curioso contemplar a los compañeros funcionarios como se devanan los sesos intentando "calcular" si tendrán que formar parte de los tribunales en las ya inminentes oposiciones.
Que si por le número de DNI, que si listas paritarias de hombres y mujeres, que si depende del número de opositores para calcular el número de tribunales y la distribución de estos por provincias...
Es llamativa a veces la condición humana. Cada uno contamos la feria tal y como nos va. Muchos miles de personas con el estómago encogido desde hace ya meses esperando la fatídica fecha del 22 de Junio para jugarte a una carta cual será tu futuro, tanto el más cercano como el más lejano. Proyectos vitales que dependen de esa fecha, familias que sufren tanto o más que el opositor y caseros de viviendas de alquiler, gasolineros y concesionarios de coches rezando por que suspendamos cuantos más mejor, que en ello les va buena parte de sus ingresos anuales. Por otra parte los candidatos forzosos a ser miembros de un tribunal, algunos angustiados porque la responsabilidad de decidir sobre esos aspectos que he enumerado con anterioridad les abruma. o cuando menos, les es molesta. Otros, sin hacer estimación alguna de cantidades, cosa que por otro lado sería prejuiciosa e injusta, acongojados con perder las vacaciones del mes julio, que no es poca cosa.
Todo queda pendiente de los primeros días del mes Junio, cuando sean hechos públicos tanto la composición de tribunales como la adscripción de opositores a los mismos. Habrá entonces que vernos las caras los unos a los otros. Por un lado los opositores, unos contentos porque les ha tocado en su provincia realizar el examen, otros bastantes fastidiados (por no utilizar un vocablo malsonante) porque su presupuesto de vacaciones familiares se va al traste al tener que invertirlo en estancias en cualquier punto de la geografía andaluza para hacer los exámenes. Por otro lado los funcionarios, a los que con solo verles la cara sabremos si han sido mirados por la Diosa Fortuna, o en cambio sufrirán madrugones y pasarán calor en cualquier instituto de esta bendita tierra.
Pero en el fondo creo que alguno en su interior desea que lo nombren, siempre es posible albergar en el interior, aunque sea subconscientemente, ese deseo inconfesable de tener una varita para decidir sobre la vida de los demás.

jueves, 22 de mayo de 2008

De Bruces con la Muerte

Difícil día para empezar a escribir un blog, entre otras muchas cosas por que ni tan siquiera conozco demasiado de qué va esto, ni me considero apto para aventurarme con las artes literarias.
El caso es que en estos últimos días he sido espectador destacado de como un grupo de adolescentes se enfrenta por primera vez a ese hecho seguro, pero a la misma vez incomprensible, que es la muerte. La muerte es esa oscura sombra que siempre viaja con nosotros, pero que nunca sabemos cuando va a degollarnos con su guadaña. Pues bien, a esta caprichosa señora se le ha ocurrido llevarse a un chaval muy joven, a alguien cuya vida no había hecho nada más que empezar, y yo, inmerso en mi propia tristeza por el hecho, me sentí aún más angustiado cuando presencié el impacto que el funesto suceso había causado en los adolescentes con los que trabajo cada día. Para la inmensa mayoría de ellos ha sido el primer contacto con la muerte, quizá un madurar de golpe, a la fuerza, para muchos de ellos. Ahora ya no es una película, en la que se te atragantan las palomitas cuando Leonardo Di Caprio termina por hundirse en las gélidas aguas árticas. Ahora ha sido su compañero, su vecino, su amigo, el tío de la clase de al lado... su igual. Han sido días de ver a muchos de ellos llorando, a otros desencajados de dolor y a los más con mirada perpleja, sin creer lo que estaba sacudiéndoles.
En los próximos días espero que el Instituto recobre la normalidad perdida y vayan todos haciendo la digestión de esta emponzoñada merienda que les ha tocado probar.
Te echaremos todos mucho de menos, pero si de todo se puede sacar una conclusión positiva yo quiero sacar la mía, que no es otra que ver como algunos de esos "niñatos y niñatas" con los que tengo que pelear a diario hoy son más hombres y mujeres.